Comparativo de las doble propósito 150 – Honda XR150L

De ante mano, podemos decir que es una de las más cómodas, si las ponemos en contraste con las compañeras; sin embargo, y antes de adelantarnos, tenemos que hacer un paréntesis en cuanto a diseño. Este se caracteriza por ser de carácter robusto, con un frente muy estilizado pero que guarda una imagen clásica que trata de relacionar con sus antecesoras; en otras palabras, la moto evita los ángulos complicados, apostando por superficies lisas sobre toda la estructura; tanto es así, que la parrilla trasera parece ser la misma que la usada desde las primeras versiones de las líneas DR, y más, cuando hacen presencia las luces incandescentes tradicionales, que no les va tan bien en situaciones totalmente obscuras. Uno de los detalles que aportan en este sentido es la presencia de un escape con punta cromada de buen tamaño, que resalta sobre el fondo negro de la tubería.

En este tipo de motocicletas, y más esta gama, las ayudas de conducción son más bien estériles, y eso se refleja en el tablero, que en este caso es completamente análogo, pero con una forma bien particular; en el lado izquierdo es redondo y el derecho ligeramente triangular, sector en dónde se concentran los testigos, check, luces altas, neutro y direccionales que, independientemente del lado, comparten el mismo, además del indicador de neutro. A pesar de la simplicidad, consideramos que la ausencia del tacómetro en una moto que en muchos casos necesita del mismo para calcular la fuerza en terrenos difíciles, le restan algunos puntos en lo general.

Sin embargo, lo que le hace falta en la parte digital le sobra en suspensiones, las cuales son altamente polivalentes, pues el comportamiento, independientemente del terreno, es excelente, ya que cuando la probamos sobre tierra, esta absorbía sin ningún titubeo las irregularidades, al punto de poder pasar sentado en la mayoría de accidentes geográficos. En carretera, las horquillas ni se inmutaron en la entrada de curvas, otorgando confianza al momento de hacer giros deportivos, dejándose inclinar con facilidad, guardando las proporciones con modelos más deportivos. Recordamos un momento especial donde la moto tuvo que surcar unos tablones de unos 25 centímetros de alto y unos 3 de ancho, los cuales subía y bajaba con relativa facilidad, mostrándose muy regia en cada salto.

Este modelo no es tan bajo, pues los 825 mm de la altura del asiento le facilita separarse del suelo; esto, sumado a una rueda delantera de 19” y trasera de 17”, la dejan a una altura ideal para un uso mixto, que se complementa con un manillar bajo, pero de buenas dimensiones hacia los costados, lo que brinda una posición cómoda especialmente en uso en largas distancias. Como habíamos anticipado, esta combinación entre la posición del manillar, calidad de suspensión y un generoso asiento, cuyas dimensiones van muy bien tanto hacia los lados como hacia el frente, la hacen una de las más cómodas en el segmento.

En el apartado de motorización, la motocicleta tiene muy buena respuesta en el rango de revoluciones, mostrándose tímida en la salida y algo vibrante en las altas, sin embargo, encuentra el toque ideal cerca a las 5.000 vueltas. Esta es una gran ventaja en los terrenos tanto asfaltados como destapados, puesto que el motor siempre se muestra confiable y es muy predecible, así el piloto puede saber hasta qué punto llegar, eso sí, no se justifica la ausencia del cuenta revoluciones.

Para terminar, los frenos se mostraron muy efectivos, tanto el disco delantero, como las bandas traseras, con un recorrido ideal, lo suficiente, para darle al piloto la posibilidad de saber en qué punto se pueden bloquear, lo que transmite seguridad al momento de conducirla, especialmente en off road, terrenos cuya posibilidad de derrapar le brindan capacidades y sensaciones adicionales.