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La reunión comenzó hacia las 8:00 am cuando comenzaron a reunirse los participantes en el punto designado, la bomba de Texaco de la calle 80 con carrera 24 de Bogotá. Al lugar llegaron propietarios de toda clase de moto: Sport, scooter, touring y Cruiser de alto y bajo cilindraje. A pesar de los retrasos en la partida debido a esperas de última hora de más motociclistas, el ambiente sirvió para relajar los nervios y compartir datos sobre los vehículos, rodadas próximas como el paseo a San José del Guaviare e información de sitios de interés para los participantes, como el Centro Comercial Carrera.

Hacia las diez de la mañana, con una nutrida asistencia, los clubes iniciaron ruta hacia Bojacá. En dos columnas que abarcaron más de cinco kilómetros de largo, los clubes arribaron a su destino tras dos horas en el camino. Aunque el ambiente motero era la nota predominante, para muchos fue un plan familiar: se vieron cometas de los clubes, grandes y vistosas, y cometas pequeñas adquiridas en el comercio que fueron llevadas en las motos para participar del evento.

En el lugar conocido como Las Piedras del Chivo Negro se detuvo la caravana para para armar las cometas y empezar el concurso. Eran las doce del mediodía, y aún tenían una competencia por disputar; pero en palabras de varios asistentes, en ese momento el premio había dejado de importar. Las ganas de volar con los fuertes vientos que soplaban eran lo más importante para los aguerridos clubes, que a pesar del frío y la neblina no bajaron el buen humor ni el ambiente de hermandad que flotó en el ambiente todo el día. Desde los habitantes de Bojacá, que acudieron al parque, hasta la Policía Nacional que estuvo a cargo en todo momento del orden acudieron al encuentro, compartiendo consejos y técnicas para cabalgar en el viento. Ahí estaban hombro con hombro los miembros de clubes reconocidos como Colombian Bikers, Honda CBF Stunner, Pulsar Bogotá, Cobras Custom, AKT Club, Moto Rally, Motopasión, y muchos otros más bajo la amable dirección de Tato Forero y los Urban Riders.

Y hubo premios y menciones para todos: la cometa más grande, hecha por los organizadores del evento; la que más lejos llegara, que correspondió a Moto Rally; la más pequeña, la más bonita, todas tenían algo de diferente. Lo más importante era disfrutar del día en medio de la buena energía que cada club llevó al paseo. VTM Custom elevó una sencilla cometa con las fotos de los compañeros de ruta fallecidos en el trágico accidente del 7 de julio de este año, una cometa que tampoco pasó desapercibida para los asistentes.

No faltaron actividades adicionales para los que dejaban por momentos de lado las cometas: la comida estuvo siempre al alcance de los asistentes al parque, él diálogo con integrantes de todos los clubes fue la regla general y Keeway estuvo presente llevando motos para exhibición y prueba entre los asistentes. Esto nos comentaron en el lugar del evento.

El regreso a Bogotá fue alrededor de las cinco de la tarde, cuando después de mencionar a los ganadores y recoger carpas y cometas los moteros partieron a casa nuevamente. Más que una rodada interclubes, pareció el regreso de una familia, sin que hubiera distinción de marcas, cilindrajes o categorías. Hacía mucho tiempo se extrañaba una reunión que agrupara a todos los moteros para pasar un buen rato, compartir conocimientos y viajar juntos. Y con este tercer evento, que tiene todo para volverse una tradición, Urban Riders con Tato Forero a la cabeza lo lograron. Nos vemos en el IV Festival el próximo año!