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Prueba de la nueva Honda CB190R 2.0. ¿Es la moto que se esperaba? La verdad
Honda no para de sorprender a sus más fieles seguidores con motos de altísimo rendimiento, llega esta nueva CB190R 2.0, aquí los detalles.

Desde casa matriz está jugando sus fichas a lo grande. En el espacio de un año, Honda ha renovado enormemente su gama de productos, en lugar de simples actualizaciones.
Hablemos de la Honda CB190R versión 2.0
La CB190R llegó en 2016, luego tuvo un retoque en sus líneas aproximadamente 3 años atrás.
Conocida en otras latitudes como la Hornet 2.0, la nueva CB190R 2.0 no es solo un reemplazo con actualizaciones incrementales, sino que entrega la promesa de un carácter más deportivo. Acabamos de conducirla y aquí te contamos cómo cumple esta última máquina.
Si bien se basa en la Honda CB190R que podríamos llamar V 1.0, la cual probamos y, aunque la silueta general es similar a la CB190R, la mayoría de los paneles de la carrocería han cambiado. El faro LED también es nuevo, mientras que la horquilla USD de color dorado es única en este segmento. Una renovada cubierta del motor también se suma a la postura deportiva, es la nueva quilla que posee en la parte inferior.
Vista desde los tres cuartos delanteros, la carrocería, con sus extensiones de tanque más grandes, se muestra musculosa, pero el tanque todavía tiene capacidad para los mismos 12 litros de combustible. La ranura de la llave de encendido ubicada en la parte delantera del tanque de combustible, es algo que normalmente se ve en máquinas de alta gama.
Una nueva configuración de asiento dividido crea una apariencia más deportiva, anteriormente era de una sola pieza. Desde el perfil lateral y cuando se pasa a la parte trasera, los nuevos paneles laterales también tienen un diseño más interesante. Sin embargo, no cambian el hecho que la sección trasera, con su luz LED en forma de X, sea muy similar a la XBlade.
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Extrañamos el puerto de carga USB, respecto a la versión anterior, cambia el manubrio, ya que la anterior usaba clips ons, la nueva es timón de una pieza.
El tablero de esta nueva motocicleta
Su clúster de instrumentos está conformado por una pantalla LCD en iluminación negativa con cinco niveles de brillo ajustable, dos cuentakilómetros parciales, un medidor de voltaje de la batería y un indicador de posición de marcha. Y, por último, aunque el cuadro de mandos sigue teniendo un aspecto bastante básico, supone una mejora clara respecto a la antigua CB y ahora dispone de luces de emergencia o de parqueo, junto a un interruptor de apagado del motor.
Mandos en la CB190R 2.0
Aquí tenemos lo tradicional, a la izquierda la luz de paso, botón de altas y bajas, direccionales y pito. En el costado derecho es donde viene la principal novedad, el interruptor de apagado directo de la moto en color rojo, el cual no recomendamos usar. Además, una palanca horizontal para las luces de parqueo y el encendido eléctrico.
Luces de esta motocicleta, de sentir inseguridad a estar tranquilos
Recién sacamos la moto a prueba, hicimos fue un recorrido nocturno, por carretera y ciudad, en lo urbano poco logramos descubrir lo que la vía si nos dio. Ellas estaban configuradas hacia el cielo, es decir, terribles para viajar. Lo bueno es que son manipulable así que las pudimos bajar y allí ya se siente la diferencia.
Qué nos pasó, tienen buena área de iluminación, pero no son intensas, desearíamos una mejora allí. Las medias con las plenas se complementan, no hay vacíos, nada de eso. Por este lado, no nos dejan del todo satisfechos, pero no son malas. Pasan la prueba raspando.
Su posición de manejo. ¿Cómo nos fue?
La posición de conducción es erguida, pero con un toque de deportividad mediante una ligera inclinación hacia delante respecto al manillar, mientras que los posapiés están ligeramente retrasados. La altura del asiento también es decente, en general, se trata de una moto que debería adaptarse a la mayoría de los conductores, sin importa la altura que este posea.
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Teníamos dudas al inicio de que tanto castigarían los asientos, para el conductor a la larga no cansa, no es el más cómodo, pero desmentimos lo dicho por algunos. Es liso el acolchado, eso hace que en momentos se deslice uno, es de práctica, aunque poco nos agradó.
Aunque todavía hay que medir con precisión el rendimiento, se maneja mejor que cualquier motocicleta Honda de 150 o 160 cc para uso diario que haya existido antes.
La calidad de conducción no es dura, pero tampoco es lujosa, especialmente en caminos accidentados o con baches. En términos prácticos, hay mucha distancia al suelo, por lo que no tendrá que preocuparse por los baches o los caminos en mal estado.
Resulta una grata sorpresa como se inclina en las curvas. El bajo peso en vacío de 142 kg ayuda sin duda, es ansiosa por cambiar de dirección, se siente agradablemente ágil, pero también bastante segura cuando se inclina.
Quizás lo único que todavía se siente un poco demasiado blando es el agarre del freno de disco delantero, ya que hay que tirar con fuerza de la palanca para reducir la velocidad rápidamente. También es un poco decepcionante que esta moto solo ofrezca ABS monocanal.
Las suspensiones, de los mayores atributos en esta Honda
Las suspensiones USD o como las conocemos, invertidas en dorado marca Showa, le da a la moto una postura agresiva, muy streetfighter. No dieron lidia, al contrario, somos agradecidos con tener este tipo de suspensiones que se adhieren mejor al asfalto. No tienen mucho rebote, se comprimen lo justo y ojo porque no son tan esponjosas la verdad, eso da mayor tranquilidad y comodidad.
Atrás un monoshock que tiene ajuste en dos partes, abajo y arriba, una más ancha que la otra; esto tiene un sentido de ser, no lo manipulamos así que lo que sentimos fue en base a como no la entregaron. Estas son algo duras, no castigadoras. Lo ideal.
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Sin duda, hay algunas cosas que podrían mejorarse, como los paneles laterales de plástico, por ejemplo, que parecen un poco endebles.
Cambiaron los contrapesos del manillar, desaparece un poco el cromado respecto al diseño anterior en el sistema de escape. El diseño de la farola cambio totalmente, adoptando las líneas de sus hermanas Hornet, un poco menos afilado respecto a la anterior.
Ahora el acompañante dispone de unas piezas de agarre trasero que en la versión anterior estaban integradas al diseño de la cola.
Discos y frenos. La verdadera razón de esta Honda
Cuenta con disco en ambas ruedas, ABS monocanal y de gran rendimiento, qué forma de trabajar, el trasero es al tacto, se junta con la eficiencia de la palanca y brindan una seguridad increíble. Adelante no es tan al tacto pero obedece muy bien.
Cuenta con discos lobulados y perforados, aunque no tenemos medidas, adelante está cerca a los 260 mm y atrás unos 220 mm, pudiéndonos equivocar aquí.
Las medidas de sus cauchos son 110/70 R17 adelante y atrás 140/70 R17. Estos no dieron lidia, se comportaron bien, ojo, no los probamos en lluvia, en seco hacen la labor.
Detalles del motor
La CB190R 2.0 es sin duda una motocicleta de aspecto más deportivo. Con una cilindrada de 184,4 cc, es una unidad SOHC de dos válvulas refrigerada por aire bastante simple y parece que Honda ha adoptado un enfoque similar al que ha hecho Hero con sus motores de 200 cc. Su norma es Euro 3.
Este motor entrega una potencia máxima de 16,4 Hp a 8.500 rpm y un torque máximo de 15,5 Nm a 6.000 vueltas.
En la carretera, la primera impresión es de familiaridad. Entrega una sensación de suavidad dicho motor, con un sonido de admisión quejumbroso, típico de las Honda de pequeña cilindrada. Nuestra moto tenía un motor nuevo, pero los niveles de refinamiento seguían siendo impresionantes, con solo una leve vibración que se sentía en los estribos y el asiento cerca de la línea roja de 9.500 rpm.
Más detalles del motor y su comportamiento
La potencia máxima se calcula a 8.500 rpm y, por encima de esta cifra, se nota que el motor empieza a quedarse plano. Sin embargo, la alimentación de combustible es suave, el motor acelera limpio desde bajas revoluciones y se produce un pico de potencia cuando se superan las 6.000 rpm. El rendimiento a medio régimen es claramente el objetivo, se siente agradablemente potente a velocidades moderadas. No pudimos probar el rendimiento a alta velocidad en la autopista, pero la moto debería poder mantenerse a unos 90 km/h sin sentir que se esfuerza demasiado.






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En cuanto a las cifras precisas de aceleración y velocidad máxima, llevamos esta Honda CB190R 2.0 a la pista, supimos exigirla y logramos un máxime de 117 km/h, si desea saber el 0-60 o 0-100 en el video que está al final de este escrito podrá detallarlo.
Además de un rendimiento impecable, la caja de cambios de 5 velocidades es suave y ligera, al igual que el clutch, son cosas que apreciará en la ciudad. Honda también ha mantenido los cambios de marcha bastante cortos y el motor es flexible; incluso me encontré distraídamente arrancando desde segunda marcha un par de veces y la moto no protestó.
En conclusión
Es reconfortante ver que Honda no ha creado simplemente otra moto de uso cotidiano con una carrocería elegante. Sin embargo, el precio es bastante optimista con $11.800.000.
Sin embargo, el valor puro no es lo único que importa y Honda ha construido una motocicleta agradable aquí. El hecho de que esta máquina tenga una sensación realmente deportiva nos ha convencido de que merece una comparación adecuada con sus rivales realmente capaces.
Colores: Matte Marvel Blue Metallic (Azul), Matte Sangria Red Metallic (Rojo), Pearl Igneous Black (Negro), Matte Axis Grey Metallic (Gris).
Garantía: 24 meses o 30.000 km.
A continuación, los dejamos con la prueba para que sean ustedes mismos quienes saquen las conclusiones. Desde PubliMotos hicimos nuestro mayor esfuerzo para presentarles esta prueba tan anhelado por muchos. Recuerden comentar, compartir, darle me gusta y, si no lo han hecho, suscribirse.
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¿Por qué ya no hablamos de la Bajaj Dominar 400?
Un análisis de la estrategia de la marca india para “Dominar” el mercado del mediano cilindraje.

Hace unos años, la Dominar 400 fue uno de los lanzamientos más llamativos en el mundo del motociclismo de mediano cilindraje en Colombia. Bajaj, una marca tradicionalmente reconocida por sus motos utilitarias y deportivas de bajo costo, se atrevió a proponer una máquina de casi 400 centímetros cúbicos por un precio de introducción que rondaba los 16 millones de pesos. Para muchos, fue la democratización del segmento Touring accesible. Hoy, sin embargo, su presencia en las conversaciones del motociclismo parece haberse diluido, a pesar de seguir siendo una de las mejores propuestas calidad-precio del mercado.
Dominar, una moto con historia
La Dominar 400 monta un motor de 373.27 cc que entrega 39.5 caballos de fuerza a 8.650 revoluciones por minuto y un torque de 35 Nm. A nivel técnico, son cifras sobresalientes, difíciles de encontrar en una moto cuyo precio actual ronda los 20 millones de pesos. A modo de comparación, existen modelos de 300 cc que logran potencias similares, pero con precios que se acercan e incluso superan los 30 millones.
La MT-03 de Yamaha, por ejemplo, cuesta ya casi 30 millones, mientras que la KTM Duke 390, con mejor relación peso-potencia, se ubica en un rango bastante superior, más allá de los 30 millones en algunas vitrinas.
Sin embargo, la percepción pesa tanto como los números. Y ese parece ser uno de los grandes obstáculos que ha enfrentado la Dominar 400: su reputación de ser una moto pesada. En redes sociales, en canales especializados y hasta en charlas informales, no falta quien al ser consultado sobre qué moto no compraría, mencione la Dominar precisamente por su peso. Ese estigma ha sido difícil de superar, especialmente entre quienes buscan agilidad en ciudad o tienen menor experiencia en el manejo de motocicletas para viaje.
Más detalles
Aun así, esa visión no le hace justicia completa. La Dominar no es una naked deportiva ni una moto pensada para ganar piques. Es, en esencia, una Touring económica, diseñada para mantener una buena velocidad crucero en carretera, con comodidad y seguridad.
Es una moto que funciona mejor a medio régimen, sin necesidad de llevarla al límite del tacómetro. Robusta, confiable y económica frente a lo que ofrece. Pero quizá ese mismo enfoque, más sobrio y racional, es el que ha hecho que pierda protagonismo frente a motos con más diseño y gadgets.
Aquí es donde aparece la NS400Z, también de Bajaj, y que comparte el mismo motor y prácticamente la misma parte ciclo de la Dominar. No obstante, incorpora una consola digital con conectividad Bluetooth, modos de manejo, iluminación full LED y un diseño más actual y refinado.
Todo esto, además, por un precio que es incluso más bajo que el de la Dominar: cerca de medio millón de pesos menos. Y con una ventaja aún más relevante: pesa casi 10 kilos menos. Esto le da una mejor relación peso-potencia, y también mayor maniobrabilidad, algo clave en ciudad y tráfico pesado.

Las dudas que se generan
Entonces, surge la pregunta: ¿por qué Bajaj no ha renovado la Dominar 400 al mismo nivel que su nueva NS400? La marca parece mantener una estrategia conservadora en su portafolio, con modelos que no cambian drásticamente durante años. La Dominar ha recibido algunas mejoras, que incluso la han vuelto más confiable, sin embargo, solo ha destacado por el quipamiento Touring que incluyen rejillas, defensas, maletas suaves y cubiertas metálicas, cúpula, pero eso sí, cada versión más costosa que la anterior, pero sin agregar realmente a lo esencial.
Esta falta de actualización puede interpretarse como una apuesta por la estabilidad, pero también deja abierta la puerta para que otras marcas se posicionen en ese nicho que la Dominar abrió: motos Touring de mediano cilindraje, a bajo costo.
Otros modelos
La TVS Apache RTR 310, por ejemplo, ya compite en un segmento similar con una propuesta moderna, agresiva y tecnológica. Y no sería extraño que marcas chinas, que ya han demostrado su capacidad para producir modelos con buena relación costo-beneficio, identifiquen este espacio vacante y se lancen con modelos de 300 cc pensados también para viajar, con precios competitivos por debajo de los 20 millones de pesos.(tal vez ya lo han realizado y aún no compiten por precio)
Por ahora, la Dominar 400 sigue siendo una gran opción para quien busca una moto de mediano cilindraje que no rompa el presupuesto y esté lista para salir a carretera. Pero necesita algo más. Su peso ya no es el único obstáculo. Hoy compite con modelos más livianos, más modernos y mejor equipados, algunos incluso más baratos. El mensaje parece claro: no basta con haber sido pionero. Para seguir en la conversación, hay que evolucionar.
Artículo de opinión Karim Chalá
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KTM se salvo de la quiebra (aún falta). Nuevos detalles
Por momentos, 2024 pintó para ser el final del camino para KTM. Las cifras no mentían: la marca austríaca se desplomó en ventas y tuvo que enfrentarse a un proceso de reestructuración financiera para evitar la bancarrota.

Sin embargo, a mitad de 2025, el panorama ha comenzado a cambiar y KTM vuelve a dar señales de vida. ¿Cómo lo logró?
Cuando todo se vino abajo
KTM venía de años exitosos, con modelos como la 390 Duke y la línea Adventure liderando en muchos mercados. Pero la pandemia y la sobreproducción le pasaron factura. A finales de 2024, Pierer Mobility AG (matriz de KTM, Husqvarna y GasGas) reportó pérdidas por más de mil millones de euros y una montaña de motocicletas sin vender que llegó a las 265.000 unidades. La empresa tuvo que frenar su producción y despedir a cerca de 1.800 empleados, incluyendo los de sus filiales.
El golpe fue tan fuerte que incluso se planteó un concurso de acreedores, con el que KTM buscaba salvar el 30 % de sus obligaciones financieras y renegociar el resto. La confianza estaba por el suelo, y muchos pensaron que era el fin del fabricante naranja.
Y de repente, la curva empezó a cambiar
Sin esperarse se muestra el giro inesperado: en el primer semestre de 2025, KTM vendió más de 155.000 unidades. Es decir, recuperó casi el 60 % del volumen que había perdido en 2024, y lo hizo sin necesidad de lanzar decenas de nuevos modelos.
Los países que más han contribuido a esta recuperación son los europeos, así como India, donde Bajaj, ahora su inversor y socio mayoritario, ha sido clave en mantener la producción activa a bajo costo.
El impulso indio: Bajaj, el verdadero salvador
Y es que Bajaj Auto Limited no solo fabrica gran parte del portafolio KTM para mercados emergentes. En 2025, además, asumió el rol de salvador financiero: inyectó capital, aumentó su participación en Pierer Mobility y ayudó a negociar con los acreedores.
Gracias a eso, KTM logró retomar operaciones en Mattighofen (Austria), sacar al mercado modelos como la renovada 390 Adventure y reposicionar su oferta sin quemar más dinero.
La propia compañía, tal vez, sabe que gran parte del éxito reciente se debe a mantener precios competitivos y reducir inventario. Nada de ideas estrafalarias, simplemente volver a los básicos.
¿Y ahora qué?
KTM no está del todo fuera de peligro, pero los resultados recientes permiten ser optimistas. Las cifras de 2025 podrían cerrar con cerca de 300.000 unidades vendidas a nivel global, y los modelos más vendidos siguen siendo los monocilíndricos de media cilindrada, especialmente en países con economías emergentes.
Además, Pierer Mobility ha apostado por consolidar sus operaciones, dejando de lado marcas como MV Agusta y enfocándose en lo que mejor sabe hacer: motos ligeras, ágiles y deportivas.

Ready to Race
KTM todavía tiene que recorrer un buen tramo para dejar atrás su crisis, pero hoy puede decirse que está en la dirección correcta. La quiebra quedó contenida, las ventas volvieron a arrancar, y con un socio industrial como Bajaj, la marca naranja parece lista para acelerar otra vez.
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Este departamento va a tener pico y placa general | “Para salvar vidas”
Más que una medida de seguridad vial, el Atlántico está haciendo una trampa estadística. Se viene pico y placa gente. Les contamos.

Titulares como “Los pico y placas salvan vidas” circulan como justificación oficial a una medida. Si bien puede parecer efectiva en el papel, merece un análisis más profundo. La propuesta de extender el pico y placa para motocicletas a todo el departamento del Atlántico, según anunció el gobernador Eduardo Verano, busca enfrentar una problemática real. Esta problemática son los accidentes viales en motocicleta que han dejado un saldo preocupante en lo que va del año.
La lógica detrás de la medida es sencilla: menos motos en circulación, menos posibilidades de que ocurra un accidente. En términos estrictamente matemáticos, podría funcionar. Pero, ¿realmente estamos salvando vidas o maquillando cifras?
Una solución que esquiva el problema
Aplicar pico y placa como medida de seguridad vial parte de una premisa equivocada. La premisa es que el problema es la cantidad de motos en las calles y no el comportamiento de quienes las conducen ni la falta de control institucional. Es como intentar curar una fiebre escondiendo el termómetro. La medida puede reducir el número de siniestros en los días de restricción. Sin embargo, no modifica las causas estructurales de la siniestralidad.
Lo preocupante es que esta decisión parece ser más un atajo estadístico que una estrategia de gestión integral. Técnicamente, se podrían reducir los índices de accidentalidad, pero por inercia, no por intervención real. Así, en lugar de corregir lo que falla como la formación, la fiscalización o la infraestructura se opta por sacar motos de circulación. Esto es como quien barre el polvo debajo de la alfombra.
Falta de autoridad, no de motos
En el fondo, esta decisión también puede interpretarse como un reconocimiento tácito de la incapacidad institucional para ejercer control efectivo. Las autoridades locales no cuentan con los recursos ni la fuerza suficiente para realizar operativos serios. No pueden detener motociclistas que incumplen las normas, verificar documentación o sancionar comportamientos peligrosos. En vez de fortalecer su capacidad, se imponen restricciones generales que afectan incluso a quienes sí cumplen.
En otras palabras, se castiga a todos por igual, porque no se puede (o no se quiere) identificar a los responsables reales.
¿Y la movilidad del ciudadano?
La motocicleta es, para miles de ciudadanos del Atlántico, mucho más que un medio de transporte: es su herramienta de trabajo, su alternativa ante un sistema de transporte público limitado, su forma de garantizar sustento y autonomía. Imponerle restricciones sin ofrecerle soluciones paralelas solo empeora su situación y agudiza la inequidad.
De hecho, el pico y placa generalizado termina castigando al ciudadano común por la falta de gestión en otros frentes. Estas incluyen la falta de educación vial estructural, la precariedad en las vías secundarias, la ausencia de campañas de cultura ciudadana, y la falta de innovación en seguridad vial.
¿Pico y placa para educar o para evadir?
Si la intención fuera realmente “salvar vidas”, ¿no sería más coherente invertir en campañas de sensibilización? También en formación desde los Centros de Enseñanza Automovilística, en endurecer el control sobre licencias, en mejorar la señalización y en reestructurar la infraestructura crítica. ¿Dónde está la articulación con los gremios de motociclistas, los sindicatos del transporte, las universidades?
El debate que hace falta
Nadie discute que la accidentalidad en moto es un tema grave, y que urge tomar acciones. Pero las decisiones de política pública deben ir más allá del efecto inmediato y abordar las causas de raíz. Se requiere una mirada más técnica y social. Hay que comprender la complejidad de la motocicleta en contextos como el del Atlántico. Esto incluye su rol económico, su vínculo con el trabajo informal, su acceso popular.

El problema no son las motos. El problema es cómo se está gestionando la movilidad. Además, cómo se están tomando decisiones que suenan bien en rueda de prensa, pero que no tocan lo que realmente importa.
El transporte público individual y en moto está afectando a las arcas de los ingresos del transporte público, el pico y placa busca justificar que muchas personas no puedan usar moto para que se vean obligadas a subirse al transporte público. Otro detalle que nadie dice es cada cuanto pasan los buses por ciertas zonas de la región, qué tan efectivo es.
En distintas ciudades la población se expande cada vez más y llegar a estos lugares toma entre uno, dos o más servicios de movilidad, que en otros casos para llegar a uno de ellos hay que caminar al sol, lluvia y riesgos de inseguridad.
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